El dúo de voces conformado por Julia Ortiz y Dolores Aguirre (Argentina), amigas desde la infancia, nace en el verano del 2011 cuando ambas se proponen realizar un viaje por toda la costa Uruguaya dando a conocer su música, tocando a la gorra en bares y playas de ese país. Hacia fines de ese mismo año, luego de la gran repercusión del video de «Ríe Chinito» en YouTube (grabado por Pocho Álvarez en Cabo Polonio), se reencuentran sumando a Diego Cotelo (Uruguay) en guitarra y Martin Dacosta (Brasil) en percusión, para realizar una gira de tres meses por el interior y Patagonia de su país, Chile y Uruguay. La propuesta artística de Perotá Chingó podría definirse básicamente como un viaje de intercambio musical y cultural por todo el Planeta.

La propuesta artística de Perotá Chingó podría definirse básicamente como un viaje de intercambio musical y cultural por todo el Planeta; la amplia variedad de ritmos, estilos y distintos autores que conforman el repertorio, desde versiones de los más renombrados exponentes de la música folclórica de cada país hasta las composiciones propias más aventuradas, y la manera descontracturada de abordarlas, llegan a proponer un juego en el cual se vuelve difusa toda frontera.
Todo gira en torno a las voces. Entre armonías y unísonos las chicas generan la ilusión de que lo que suena es una gran voz, gesticulando cada palabra juntas con una soltura sorprendente. De vez en cuando se van cada una por su lado y ahí los colores solo se multiplican. Los arreglos son minimalistas y cuidadosos.
Se busca que los instrumentos sean apenas vehículo de lo que sucede en la canción y no un llamado de atención a sí mismos. La banda trabaja todo el rango dinámico, desde canciones suaves y pequeñas cantadas casi en susurro a ritmos latinoamericanos sonando a toda velocidad.
La variedad de influencias sumada a la disposición del grupo de abarcar una geografía musical amplia hace que durante un recital de Perotá Chingó (entre versiones y canciones de su autoría) se escuchen zambas argentinas, chacareras, sambas brasileras, candombes, música popular de chile, joropo venezolano, aires de reggae y muchas cosas a medio camino. No son especialistas en un género en particular sino que prefieren mostrar sus afinidades desde un código propio, que hace unidad a lo diverso del repertorio.