Durante los últimos 30 años el mundo ha sufrido muchas transformaciones en todos los ámbitos, incluyendo las demandas que las empresas y el mundo laboral tiene de sus trabajadores. Hoy se buscan personas empáticas, solidarias, sensibles, sin prejuicios, que sepan trabajo en equipo y resolver conflictos. Pero, ¿de dónde sale esa gente si la educación que están recibiendo nuestros niños no incorpora la estimulación de ninguna de las mal llamadas” habilidades blandas”?.
En esta charla se intentará entender esta contradicción recorriendo en detalle todas las instancias educativas – formales e informales- analizando que está pasando con nuestras emociones, como las vamos bloqueando tanto en la familia como en la escuela, en la educación superior y en el propio entorno laboral.
Cada vez manejamos más información y nos perfeccionamos más a nivel profesional pero paradójicamente nos estamos volviendo más ignorantes emocionalmente al perder la conexión con nosotros mismos. Esta terrible disociación puede generar angustia y desesperanza pero es un escollo que podemos superar. Este es el desafío que tenemos por delante para formar los seres humanos que el futuro necesita.